En segundo lugar, el recubrimiento mejora la estética del objeto. Puede proporcionar un acabado liso, brillante o mate, según el acabado deseado. Esto hace que el objeto sea más atractivo y visualmente agradable. Los recubrimientos también tienen ventajas funcionales. Pueden proporcionar aislamiento, conductividad o resistencia a la abrasión, el calor o los productos químicos. Esto mejora el rendimiento y la funcionalidad del objeto o material. Sus principales características son su versatilidad y adaptabilidad a diferentes materiales y superficies. Se pueden aplicar sobre metal, plástico, vidrio, madera e incluso tela. Dependiendo de la naturaleza del objeto o material, los recubrimientos pueden aplicarse mediante diversos métodos, como pulverización, brocha o inmersión.